Pasar al contenido principal

Nuestro Santo Patrono

Soneto a Vianney (compuesto en 1956)

Oh, San  Juan María Vianney;

¿Quien mas que vos, seríais arropado con  el favor del Altísimo, para en alegría convertir la Santidad de los Párrocos del mundo entero?

¡Nadie más! Cuando de pronto, en la humilde población de ARS, por trozos deliciosos de amor, y así, al estilo del Divino Maestro, fue el amor, vuestra arma para hacer de aquellos, verdaderos discípulos del saber y sobre todo, del Dios de la vida.

Todo cuanto conviene a los presbíteros, para su vida espiritual en modelo sacerdotal, partisteis de este mundo, sin dejar de recordar la Bíblica sentencia: “Haced a los demás, todo el bien que deseáis que los demás os lo hagan a nosotros”. De los curas  del mundo Patrono; de la pedagogía genio; oh, Santo Cura de Ars, amigo siempre de la paz.

 

Cantar, en rima a Vianney (compuesto en 1957)

Humilde santo hoy por todos aclamado, que llevaste una vida de obediencia  no cesaste jamás en dar Santo Cura de Ars, audiencia en el confesionario, a quien más la hubo necesitado.

Al reo, al hambriento, al postrado, tus manos socorrieron con amor porque tú comprendiste su dolor y  actuando a costa de tu sacrificio, hiciste del auxilio  sacerdotal del párroco un oficio  por caridad.

Tu santidad, San Juan María Vianney, pasó de nuestro suelo y son muchos tus milagros y testimonios de que corriste a un trío de demonios que no permitían concentración en tus estudios, hechos e infortunios que siempre aprovecharías para tu futura elevación.

¡Oh San Juan, Oh Santo Cura de Ars, patrono parroquial, y vida sin igual, aclamo tu perfección y os pido una bendición!